CD. DE MEXICO. REDACCION NN. – Obra maestra del neoclasicismo en el Continente Americano, el Palacio de Minería, edificado en el siglo XVIII por el arquitecto valenciano Manuel Tolsá, ha sido escuela de especialistas en minas e ingenieros, campamento de tropas, recinto del Poder Legislativo, despacho del presidente y actualmente patrimonio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Construido de 1797 a 1813 para albergar al Real Seminario de Minas, este inmueble ubicado en el Centro Histórico de la ciudad capital guarda dos siglos de historia, enseñanza y cultura. Posee en algunos de sus salones pinturas murales del siglo XIX e importantes muestras de la pintura neoclásica novohispana, únicas en su género.
Debido a su belleza arquitectónica y majestuosidad ha sido visitado por mandatarios y reconocidas personalidades nacionales y extranjeras como los ex presidentes de Francia y Estados Unidos, Charles de Gaulle y Bill Clinton; el presidente de Rusia, Vladimir Putín; el príncipe Carlos de Inglaterra y el líder espiritual de los tibetanos, el Dalai Lama.
De escuela a campamento
Durante la intervención norteamericana (1847) las tropas invasoras acamparon en su patio principal. En 1877 una parte del edificio se destinó al Ministerio de Fomento durante la presidencia de Porfirio Díaz y en 1913 alojó a la Secretaría de Agricultura. En 1909 su Salón de Actos fue habilitado como sede de la Cámara de Diputados y el 1o. de diciembre de 1910 Porfirio Díaz rindió protesta como presidente de la República en su séptima y última reelección.
Desde 1980 ha sido la sede de la Feria Internacional del Libro, que tiene sus orígenes en la Primera Feria del Libro y las Artes Gráficas, efectuada en este inmueble en 1924, durante la presidencia de Álvaro Obregón.
El Palacio de Minería es el edificio civil más importante edificado por el escultor y arquitecto Manuel Tolsá, construido para albergar al Real Seminario de Minería, con el fin de formar académicamente a los responsables de la técnica de minas a partir de 1813.
Este inmueble forma parte del conjunto de destacados trabajos de Tolsá (1757-1816), quien tuvo a su cargo la conclusión de la Catedral Metropolitana, a la que logró darle unidad y armonía. Edificó además el Hospicio Cabañas en Guadalajara y el ciprés de la Catedral de Puebla, también realizó varios retablos como el de Santo Domingo, el de la Iglesia de la Profesa y el de la capilla de la Casa de Moneda en la Ciudad de México.
Después de ser sede del Real Seminario de Minería, el Palacio albergó el Colegio de Minería (1813) y la Escuela Nacional de Ingenieros (1867), creada esta última por decreto del presidente Benito Juárez, finalmente se integró al patrimonio de la Universidad Nacional de México, a raíz de la creación de ésta en 1910.
Hecho realidad el proyecto de Ciudad Universitaria, el primer año de la Facultad de Ingeniería se trasladó a ésta el 10 de marzo de 1954. Hasta 1963, estuvieron en el Palacio de Minería las secciones de ingeniero petrolero, números y geólogos. Para 1964 todas fueron instaladas en CU.
Con los años el deterioro del edifico era notable y su restauración inaplazable. Ante ello los ex alumnos de la Facultad de Ingeniería llevaron a cabo con ayuda del gobierno federal el restauro del Palacio. En septiembre de 1962 se fundó la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería A.C. (SEFI), con el fin de reunir los fondos para dicho fin. Fue en 1963 cuando los trabajos iniciaron y se terminaron después de 13 años.
El 26 de agosto de 1976, la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería devolvió restaurado el Palacio de Minería a la Universidad Nacional Autónoma de México.
El inmueble cuenta con tres pisos, que en sus orígenes se destinaron, el piso de abajo a vivienda, laboratorios, cocinas, comedor y despensa; el entresuelo para la habitación de funcionarios, personal del Colegio de Minas y dormitorio de los alumnos; el piso principal se ocupó para las aulas, aposentos del director, capilla y el salón de actos. Los espacios se articularon alrededor de patios que actualmente se conservan, y en la parte alta del inmueble se encontraba el observatorio, hoy habilitado como oficinas y conocido como el Torreón.
Arte y decoración
En el vestíbulo del Palacio se exhibe, desde el siglo XIX, la exposición de meteoritas férreas, las cuales proceden del espacio interplanetario del sistema solar y son consideradas de gran valor científico, al ser las de mayor tamaño en todo el orbe.
En la Ex-capilla se advierte como Manuel Tolsá conjuga no sólo sus conocimientos y experiencia arquitectónica sino decorativa. Aquí destaca la obra pictórica del valenciano Rafael Ximeno y Planes (1759-1825), quien hizo el lienzo de la Virgen María que se encuentra en el altar de estilo neoclásico, al igual que las pinturas del plafón, con temática mariana: El milagro del pocito y La asunción de María. Se trata, sin duda, de los mejores ejemplos de la pintura neoclásica novohispana de intención decorativa.
Un recinto de sobria belleza y majestuosidad es el Salón de Actos, en el que destacan sus 28 columnas de estilo jónico adosadas al muro y sus 18 ventanas elípticas, que de acuerdo a la filtración de la luz del día producen un bello espectáculo. Posteriormente fueron colocados 13 pedestales, algunos de ellos ocupados por esculturas que representan a las ciencias. En 1867, al triunfo de la República, tuvo lugar un banquete ofrecido por el presidente Benito Juárez y en 1909 fue convertido en sala de sesiones de la Cámara de Diputados.
Vestido de rojo
En 1980 se adecuó lo que hoy se conoce como la Galería de Rectores, que en sus inicios fue la sala de recepción de la oficina del Ministerio de Fomento, se le llama así por ostentar en sus paredes retratos correspondientes a los humanistas, académicos y científicos que han sido rectores de la UNAM, por medio de ésta se llega al Salón Rojo o del Rector, la cual en 1841 formaba parte de la sección del Palacio destinada a la vivienda del director del Colegio. En 1877 fue utilizado primero para oficina del Ministerio de Fomento y después del secretario de Agricultura.
En el techo se encuentran unas pinturas atribuidas a Tiburcio Sánchez de la Barquera (1837-1902) y simbólicas alusiones a los procesos de la recolección. Actualmente es la oficina alterna del Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México.